Ohhh, sí. Me gusta el temita de ser una medida. Eres una cantidad de kilómetros, eso te convierte en algo muy grande en consecuencia.
Vuelve más a menudo mujer, por el amor de los dioses. Por cierto, A mi también me gusta pensar que somos lo que no hemos recorrido aún. Los kilómetros que nos depare la vida, nos harán aumentar o disminuir en tamaño kilométrico:)
Tampoco ella es la niña frágil de una novela femenina. Lo que me enloquece es la naturaleza ambigua de esta nínfula —de cada nínfula quizá—; esa mezcla que percibo de tierna y soñadora puerilidad, con la especie de vulgaridad descarada que emana de las chatas caras bonitas en anuncios y revistas, el confuso rosado de las criadas adolescentes del viejo mundo (con su olor a sudor y margaritas arrugadas.) Y todo ello mezclado, nuevamente con la inmaculada, exquisita ternura que rezuma del almizcle y el barro, de la mugre y la muerte.
2 comentarios:
A veces quiero huir de mis pasos, perderme, pero no por calles, sino dentro de mi mismo, dentro, mucho más adentro.
Eres como el silencio que nunca he tenido...
Besos, besos de lo lejos, a kilometros!
Ohhh, sí. Me gusta el temita de ser una medida. Eres una cantidad de kilómetros, eso te convierte en algo muy grande en consecuencia.
Vuelve más a menudo mujer, por el amor de los dioses. Por cierto, A mi también me gusta pensar que somos lo que no hemos recorrido aún. Los kilómetros que nos depare la vida, nos harán aumentar o disminuir en tamaño kilométrico:)
Publicar un comentario